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Fecha 27 marzo, 2018 Tiempo Británico González Lira Tiempo Gestión de flotas Tiempo 5 Minutos

Vehículos autónomos ¿el futuro de las flotas?

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Como si se tratara de una historia de Julio Verne o de una novela de Isaac Asimov, los vehículos autónomos están a la vuelta de la esquina. Incluso algunos de ellos ya circulan por las calles y carreteras de diversos países.

 

Desde principios de 2010, empresas automotrices como Volvo, Ford, Nissan, G.M., Mercedes Benz o BMW, y también empresas no automotrices como Google, Lyft o Uber, intentan hacer realidad el sueño del vehículo que se conduzca por sí mismo.

 

La empresa sueca Volvo tiene planeado hacer una prueba con 100 de estos vehículos en las autopistas de China.

 

Por su parte Ford anunció que para el año 2021 producirá autos sin volante ni pedales para el servicio de particulares.

 

Desde 2014, Google viene haciendo pruebas con autos autónomos que permiten a los pasajeros despreocuparse de la conducción.

 

 

En 2016, Uber realizó la primera entrega de carga de cervezas en un tráiler autónomo, y ya trabaja en modelos autónomos de transporte de carga.

 

 

Sin duda, todos estos avances cambiarán muchos aspectos de la vida. Esto será aún más dramático cuando dichos vehículos sean el total del parque vehicular y estén conectados entre sí.

 

Pero ¿de verdad son convenientes? ¿Cómo impactarán la forma en que funcionan actualmente las empresas? Estos cambios ¿traen beneficios para las empresas con flotillas?

 

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La respuesta es sí, y algunos de estos beneficios son:

 

Mayor seguridad.

 

Los vehículos autónomos eliminan errores humanos como la distracción, conducir a alta velocidad, la poca velocidad de reacción, etc., disminuyendo los accidentes viales. Una vez que los vehículos sean autónomos y se encuentren interconectados, los accidentes deberán reducirse considerablemente.

 

Adiós tráfico.

 

El tráfico es originado principalmente por la falta de coordinación entre los conductores. Con vehículos automatizados y conectados entre sí, este problema disminuirá considerablemente. Estrategias de conducción como el platooning serán más fáciles de lograr y mucho más eficientes, incrementando el flujo de unidades en las autopistas.

 

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Mayor eficiencia y menor gasto de energía.

 

Al acelerar y frenar de forma automatizada, el gasto de energía se reducirá al mínimo, ya sea en vehículos de combustión o eléctricos. Además, la interconexión permitirá la elección de rutas más rápidas, reduciendo los tiempos de traslado.

 

Mayor productividad.

 

Al hacer que el conductor no se preocupe por el manejo, este podrá dedicar tiempo a otras tareas y los trayectos podrán ser más largos.

 

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Todo esto suena excelente, sería la panacea de la conducción, ya sea en zonas urbanas o rurales. Pero nada es perfecto, y esta tecnología viene acompañada de diversos problemas a salvar. Algunos de ellos son:

 

Costos.

 

En un principio, estos vehículos serán bastante costosos, y solo algunas empresas serán capaces de adquirirlos, situación que se espera decaiga con el paso del tiempo.

 

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autónomos ante situaciones de emergencia?

 

Problemas con el código.

 

Si bien los programadores de estos autos contemplan muchos factores para reducir al mínimo cualquier malfuncionamiento de los mismos, sabemos que todo es perfectible, y en este caso, ese aspecto puede resultar fatal, ya que al igual que hay problemas con las aplicaciones, con las computadoras personales o con los smartphones, también pueden surgir problemas en los autos.

 

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Legislación.


Los avances tecnológicos no esperan a nada ni a nadie. Lamentablemente las leyes siempre van varios pasos atrás de estos, ocasionando que mucha de esta tecnología no vea la luz hasta tiempo después de estar lista. En Estados Unidos y en algunos países de Europa, los vehículos autónomos que circulan, lo hacen gracias a permisos especiales expedidos por los gobiernos locales. Si tú o yo quisiéramos circular en un vehículo con estas condiciones, tendríamos que esperar a que las leyes se adecuen para poder hacerlo.

 

Automatización de decisiones.

 

Imaginemos que, para evitar un posible atropello de cinco personas que cruzan sin hacer caso al semáforo en rojo, el software de nuestro vehículo decide impactarnos contra algo, causándonos lesiones graves o incluso la muerte ¿esa es una buena decisión? Otro escenario, si por alguna razón tuviéramos que impactar con un motociclista que lleva casco o con uno que no lo lleva, ¿qué debe elegir el software? ¿Impactar al motociclista que cumple con la ley y trae el casco, evitando así un accidente fatal? ¿O impactar al que no cumple con la ley y no trae casco, aunque la probabilidad de muerte es mayor? Los programadores de estos vehículos se enfrentan a estos problemas éticos y morales, y es algo que tendrán que resolver de la mano de los legisladores.

 

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Como vemos, son muchas las ventajas, y aún son muchas las desventajas, y estas serán más grandes en un principio, cuando los vehículos automatizados convivan en las vías con los vehículos normales. Pero una cosa es cierta, esto ya empezó y no va a parar, así que lo mejor es estar preparados para adoptar estas nuevas tecnologías y adaptarnos a su uso.